miércoles, 25 de agosto de 2010

Dolores de un corazón roto ...

Creo que he vivido bastantes cosas dolorosas y tristes, pero lo más difícil ha sido amarte, no quiero alejarme de ti, aunque hay veces que desde mi interior lo deseo demasiado, con gusto te dejaría por cualquier persona, porque realmente creo que te odio, pero también creo que en esos momentos, y siempre, te amo más de lo que te odio.
Si esto se termina, mi corazón seguirá siendo tuyo, seguiré amándote por siempre; hemos vivido cosas inolvidables, momentos que están  grabados en mi memoria, recuerdos que nadie borrara por nada, momentos en los que la felicidad me invadía completamente y otros donde el dolor era demasiado intenso para siquiera emitir una palabra. ¿Cuál de todos ese momentos es mi favorito? esa pregunta es imposible de responder, porque realmente todo lo que he vivido contigo ha sido magnifico, hemos tenido conversaciones hermosas, recuerdos bellísimos, cosas que no quiero olvidar ni perder.
Mi corazón siempre tendrá un espacio para ti, mis brazos siempre esperaran tus abrazos, mis oídos esperan que tu boca articule románticas y dulces palabras, y mis labios... mis labios, que tan bien conocen tu boca, que tanto ansían un roce de tus labios con los míos, que, con tanto gusto, se acercarían a tu boca para volver a tener ese sabor que me hace falta si no estás, mis labios solo ansían tenerte cerca una vez más, para poder darte un pequeño beso, aunque sea en tus mejillas rosadas...
Cuando intento demostrarte todo lo que te amo y que realmente no quiero que te vayas, no lo sé hacer, no sé cómo demostrarte todo este amor, solo creo que puedo decirte que eres lo mejor que le pasó a mi vida, me ensañaste a ser feliz, descubrí muchas cosas gracias a ti, vivo para amarte, eres un droga para mí, tu forma de hablar, tu mirada, tu aroma, todo me atrae a ti, es como un gran imán que me impide alejarme de ti, un gran imán que no quiere que me aleje de ti.

Lo que siento por ti es hermoso, pero a la vez demasiado doloroso, me duele oírte hablar de alguien que te llama la atención, pero para poder acercarme un poco a la felicidad aguanto ese dolor y vivo con una falsa sonrisa en mi boca, una falsa sonrisa que cada noche se descoloca y comienza, otra vez, ese interminable llanto, tan conocido para mí, conozco esa lágrima que no quiere abandonar mi mejilla y ese dolor, que para mi corazón no es nuevo ni sorprendente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario